Fabio Máximo, el gran dictador de Roma



Aunque Fabio Máximo fue un personaje decisivo, no es tan conocido como otros. De vez en cuando la historia tiende a olvidarse de hombres importantes. El paso del tiempo ensalza a algunos, mientras que a otros los relega a un segundo plano. En la Segunda Guerra Púnica, Escipión fue el gran vencedor de Aníbal. En un momento desesperado para Roma, este joven general venció a los púnicos en Hispania y después puso punto final a la guerra en Zama. Escipión demostró ser un genio, tal y como hemos comentado en Romaníacos en más de una ocasión. Todo esto es tan cierto como público y notorio. De acuerdo.

Pero Fabio Máximo, otro gran personaje de la historia de la Ciudad Eterna, también jugó un papel decisivo en la supervivencia de Roma. Es verdad que nuestro protagonista no logró gestas épicas. Fabio Máximo no derrotó a ejércitos que le superaban ampliamente en número ni tomó fortalezas en tiempo récord. Pero cuando Roma estaba arrodillada ante Aníbal tras sufrir una derrota tras otra, Fabio Máximo, dictador de Roma, fue el único capaz de comprender cómo había que enfrentarse al enemigo cartaginés.

Aquae Sextiae, la emboscada de Mario a los teutones



Roma temía a los bárbaros del norte. Es lógico. Por allí había llegado Breno, el galo que había saqueado la Ciudad Eterna a finales del siglo IV a. C. Desde allí, también, había emergido el cartaginés Aníbal. El púnico había atravesado los Alpes y había sembrado el terror en la península itálica durante más de una década. Ahora, a finales del siglo II a. C., los bárbaros del norte volvían ser una amenaza para Roma. Pero en Aquae Sextiae -y después en Vercellae- Mario se iba a erigir en salvador de la República.

Hasta el día de aquella batalla Roma vivió una situación de auténtico temor. Cimbrios, teutones, ambrones y tigurinos eran tribus en busca de nuevas tierras en las que asentarse. A partir del año 113 a. C. las fuerzas romanas cayeron ante estas tribus una y otra vez. Y en el 105 a. C. se produjo el desastre de Arausio, una de las mayores derrotas militares de la historia de Roma. La Ciudad Eterna estaba contra las cuerdas y parecía que nada podía frenar el avance de estos pueblos bárbaros hacia la península itálica. Pero Cayo Mario, la gran esperanza, salvó a Roma. ¿Cómo lo consiguió? Lo explicamos.

Yugurta, la guerra que aupó a Cayo Mario



Cayo Mario es una de las figuras más importantes de la historia de Roma. Sin duda. No solo porque fue cónsul siete veces, algo sin precedentes. También porque triunfó en la guerra de Yugurta, reformó la legión romana, salvó a la ciudad eterna de la amenaza de cimbrios y teutones, fue uno de los protagonistas de la primera guerra civil romana... Casi nada. Y para colmo, logró todo esto siendo un homo novus, es decir, sin contar con antepasados que hubieran sido cónsules antes que él. Pero a pesar de todo, Cayo Mario no tiene hoy la fama que se merece.

Hablo de fama popular, de la de quienes no han buceado demasiado en la historia de Roma. Porque Cayo Mario no es Julio César, ni Augusto, ni Cicerón, ni Claudio. Tampoco es Trajano, Escipión o Constantino. Ni si quiera es Nerón o Marco Aurelio. Son todos ellos nombres que cualquier persona podría citar al preguntársele por un 'romano famoso'. Pues bien, Cayo Mario no está a ese nivel de fama. No actualmente. Pero, como decía, fue un personaje decisivo en la historia de Roma.

Por eso vamos a dedicar este artículo a hablar de uno de los episodios más relevantes de la vida de Cayo Mario. Llegó un momento en que su carrera parecía estancada, pero la guerra de Yugurta fue la oportunidad que nuestro protagonista estaba esperando. ¿En qué consistió? ¿Cómo se desarrolló? Vamos a explicarlo.

Batalla de Ilipa, la victoria de Escipión en Hispania



Fue una gran victoria para Roma. La batalla de Ilipa en el 206 a. C. provocó el abandono de Cartago de la península ibérica. Hispania había sido uno de los principales teatros de operaciones de la Segunda Guerra Púnica, y hasta hacía apenas cuatro años lo habían controlado los cartagineses casi por completo. Tras la derrota de los hermanos Escipión la situación de Roma en Iberia había llegado a ser desesperada. Pero la llegada a Hispania de Publio Cornelio Escipión hijo había dado un vuelco a la situación.

El joven general no había tardado en demostrar su genio militar. Primero había sorprendido a todos tomando Cartago Nova, la base de operaciones de los púnicos en Hispania, en tiempo récord. Después se había impuesto a Asdrúbal Barca en la batalla de Baécula. Y ahora debía expulsar a los cartagineses de la península ibérica de una vez por todas. Eso hizo. En la batalla de Ilipa, Publio Cornelio Escipión no solo continuó forjando su leyenda como general, sino que además demostró ser el mejor alumno del gran Aníbal Barca.

Qart Hadasht, la conquista relámpago de Escipión



La toma de Cartago Nova supuso un punto de inflexión en la Segunda Guerra Púnica. La ciudad ubicada en la actual Cartagena, a la que los púnicos llamaron Qart Hadasht, había sido hasta entonces la base de operaciones de los cartagineses en Hispania. En el 211 a. C. Aníbal continuaba en la península itálica y los hermanos Cneo y Publio Escipión habían sido derrotados en Iberia. Así que la situación de los romanos en la península se había vuelto desesperada.

Pero para sorpresa de todos, Publio Cornelio Escipión hijo, con tan solo veinticuatro años, tomó Cartago Nova en tiempo récord. Y aunque todavía no lo llamaban 'el africano' -esto sucedería tras su victoria en Zama-, su leyenda comenzó a forjarse con esta brillante conquista. ¿Cómo consiguió Escipión tomar Qart Hadasth en tan poco tiempo? ¿Cuáles fueron las claves de su éxito? Lo explicamos.

La tetrarquía del emperador Diocleciano



La tetrarquía fue un paréntesis en el período de inestabilidad que atravesaba el Imperio Romano. En el siglo III corrían malos tiempos para Roma. Lejos quedaban las victorias de las guerras púnicas, las conquistas de César y las campañas de Trajano. La épica de las legiones parecía cosa del pasado. Ya no había nuevas conquistas y, por tanto, tampoco nuevos esclavos. Sin éstos, la productividad era menor, lo que provocaba que también descendiera la recaudación de impuestos. Roma parecía haber llegado a un callejón sin salida.

Había comenzado por tanto un período de anarquía e incertidumbre, con los bárbaros acosando en las fronteras al tiempo que se sucedían las guerras civiles. Eran años convulsos, tiempos inestables. Tanto, que en cincuenta años Roma llegó a tener veintiséis emperadores.

Pero a finales de siglo llegó un nuevo emperador: Diocleciano. Y con él, un nuevo sistema de gobierno, la tetrarquía, que supuso una auténtica novedad en el Imperio Romano. Porque durante ese período Roma no tuvo solo un princeps, sino que fueron cuatro las personas que gobernaron el Imperio. Y lo cierto es que la tetrarquía fue una interrupción en la crisis galopante que atravesaba el Imperio. ¿Cuáles fueron las principales ventajas de la tetrarquía? ¿Cómo consiguió Diocleciano mantenerse durante veinte años en el poder? Vamos a explicarlo.

La Tercera Guerra Púnica y la destrucción de Cartago



La Tercera Guerra Púnica fue dramática para Cartago. Los dos conflictos anteriores entre romanos y púnicos habían concluido con victoria de los primeros. Especialmente dura para los romanos había sido la Segunda Guerra Púnica. En Cannas, Aníbal les había infligido la mayor derrota de su historia y había estado a punto de poner asedio a Roma. Pero al final Escipión el Africano había derrotado al púnico en Zama. Y Roma había terminado imponiendo sus condiciones de paz.

Aunque Cartago no deseaba un nuevo enfrentamiento con su potencia enemiga, al final no pudo evitar que en el año 149 a. C. estallase su tercer conflicto bélico contra Roma. ¿Cuáles fueron las causas de esta última guerra púnica? ¿Qué pasó exactamente? Vamos a verlo.

César y el sitio de Alesia



El sitio de Alesia fue la batalla decisiva en la guerra de las Galias. César y sus legiones llevaban allí siete años, desde el 58 a. C. La Galia no era un país unificado, sino que la poblaban diversas tribus celtas que mantenían sus propios conflictos. César había aprovechado esto a su favor y había obtenido varias victorias. Pero en el 52 a. C. el líder arverno Vercingetórix logró unir a una confederación de tribus galas para enfrentarse al invasor romano.

Lo sorprendente de la batalla de Alesia es que los romanos fueron sitiadores y sitiados al mismo tiempo. Las legiones no solo tuvieron que mantener el cerco sobre la fortificación de Alesia, sino que, al mismo tiempo, se defendieron de los ataques externos que les lanzaron otras tropas aliadas galas. Como se sabe, el resultado fue una gran victoria para Roma. Pero, ¿cómo lo consiguió Julio César?

Claudio, el emperador culto



El emperador Claudio demostró al mundo que el aspecto físico no es tan importante. Que los feos, los tullidos y los defectuosos pueden llegar a lo más alto. Incluso, que pueden hacerlo mejor que muchos otros. Y que la cultura y la inteligencia son a menudo más relevantes que una cara bonita. Porque Claudio no era el más agraciado de Roma pero sí una persona culta e instruida. Y además de ser un superviviente, resultó ser un buen emperador.

Nuestro protagonista sufrió el desprecio de su familia porque tenía defectos físicos. Era tartamudo, cojo y sufría ataques epilépticos. Para colmo, tenía digestiones difíciles. Su madre llegó incluso a decir que era 'una caricatura de hombre' y 'un aborto de la naturaleza'. Los historiadores clásicos tampoco fueron demasiado generosos con él. Lo presentaron como un ser ridículo, temeroso e incapacitado para la vida imperial. Pero nada más lejos de la realidad: el emperador Claudio era un hombre sabio y erudito. Y según Dión Casio, 'tenía una inteligencia poco común, porque se mantenía constantemente instruido'.

Valeria Mesalina, la emperatriz prostituta



Ninfómana, prostituta, lujuriosa. Valeria Mesalina, emperatriz de Roma, pasó a la historia asociada a estas palabras. Con unos quince años de edad se casó con Claudio, quien ni siquiera estaba en la línea de sucesión del trono imperial. De hecho Claudio era el tío de Calígula, así que no era precisamente un descendiente de éste. Por eso es lógico pensar que Mesalina, aunque ambiciosa, no imaginaba que llegaría a ser emperatriz. Sus opciones eran mínimas, remotas o directamente inexistentes. Pero para sorpresa de todos la guardia pretoriana nombró emperador a Claudio en el año 41. Y Mesalina, su mujer, se convirtió en nueva emperatriz de Roma.

Nuestra protagonista demostró entonces ser una mujer harto ambiciosa. A diferencia de Livia, la mujer de Augusto que transmitió la imagen de mujer casta y obediente, Mesalina se entregó a la lujuria y a la ambición sin límite. Hoy la leyenda de Valeria Mesalina es tal que incluso da nombre al 'mesalinismo', esa seducción que una mujer ejerce sobre un varón para que éste sirva a sus propósitos. Pero, ¿qué hizo exactamente Valeria Mesalina para ganarse semejante reputación?

Naumaquias en la Antigua Roma



Las naumaquias eran simulacros de batallas navales. La Antigua Roma ha dejado en nuestro imaginario colectivo el recuerdo de espectáculos como las luchas de gladiadores o las carreras de cuadrigas del circo. Todos las hemos visto en el cine, en películas como Ben-Hur, Espartaco o Gladiator. Pero las naumaquias, aunque son menos conocidas, eran más espectaculares y sangrientas que estos célebres espectáculos.

¿Os imagináis contemplar un simulacro de la batalla de Salamina entre los griegos y los persas? ¿O estar en las gradas de un anfiteatro lleno de agua mientras unas naves hacen la guerra hasta la muerte? Resultaría espectacular, ¿verdad? Pues en la Antigua Roma lo pudieron disfrutar. Pero llegados a este punto surgen unas cuantas dudas sobre las naumaquias. Por eso en este artículo vamos a explicar en qué consistían, dónde se celebraban y cuántas se cree que hubo. Vamos a ello.

Test: ¿Cuánto sabes sobre la Antigua Roma?



Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano



Cuatro emperadores romanos en un año: Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano. Sucedió el 69 d. C. tras la muerte del emperador Nerón. Después del turbulento siglo I a. C. que enterró la República, Octavio Augusto había inaugurado el Imperio dotándolo de estabilidad. El princeps había gobernado durante cuatro décadas, y después le habían sucedido Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón.

Pero los catorce años de gobierno de Nerón pusieron fin a la dinastía Julio-Claudia. Y por primera vez en la historia del Imperio, un gobernador provincial se rebelaba abiertamente contra el princeps. El nombre del rebelde era Cayo Julio Vindex, quien había pedido ayuda a Servio Sulpicio Galba, gobernador de la Hispania Citerior. En aquel momento nadie podía imaginar que aquella rebelión llevaría al Imperio Romano a tener hasta cuatro emperadores en un año.

Teutoburgo, Arminio contra Roma



La batalla del bosque de Teutoburgo fue uno de los mayores desastres militares de la historia de Roma. Dominada la península ibérica tras las guerras cántabras, la ciudad eterna puso sus ojos en el norte de Europa. La República Romana se había extendido anexionándose territorios como la Galia o Egipto. Ahora Octavio Augusto, el primer emperador de Roma, probaba suerte más allá del Rin.

Parecía claro que Roma terminaría invadiendo Germania. Nadie albergaba dudas sobre la potencia militar de las legiones, por lo que la suerte de las tribus germanas parecía estar echada. Pero para sorpresa de todos Teutoburgo se convirtió en un infierno para Roma. Arminio, el líder de la tribu germana de los queruscos, conocía bien a sus enemigos. Tan bien, de hecho, que los destrozó en una emboscada.

Cuando la legión romana venció a la falange macedonia



Eran dos maquinarias bélicas formidables. La legión romana había sometido a toda la península itálica y había terminado venciendo a Cartago en la Segunda Guerra Púnica. Pero la falange macedonia no se quedaba atrás: era la heredera del gran Alejandro, quien había conquistado lo inimaginable en tiempo récord. Eran dos sistemas, dos maneras eficaces de hacer la guerra. Y como si buscaran decidir cuál era mejor, se enfrentaron.

La batalla de Pidna dictó sentencia en el año 168 a. C. Este combate puso fin a la Tercera Guerra Macedónica que enfrentó a Roma contra Macedonia. Aunque no era la primera vez que se enfrentaban estas dos maquinarias bélicas, sí fue la decisiva. Venció Roma. La lucha cuerpo a cuerpo de la legión pudo con las distancias largas de la sarissa. La versatilidad romana se impuso a la rigidez de la falange. Pero, ¿qué sucedió exactamente en la batalla de Pidna? ¿Por qué ganó Roma?

Boudica, la reina de los icenos



La humillaron, la maltrataron, violaron a sus hijas. Y decidió vengarse. Boudica, la reina de los icenos, encabezó una rebelión britana contra Roma en el año 60 d. C. Los romanos no podían imaginar que una mujer lograría reunir semejante fuerza en su contra. Pero lo cierto es que Boudica fue capaz de constituir una auténtica amenaza para el poder invasor de Roma.

Nuestra protagonista es hoy un mito, una leyenda. La heroína icena es uno de los más famosos enemigos que tuvo la Ciudad Eterna, y su nombre figura junto a los de Aníbal, Viriato, Espartaco y Arminio. Pero, ¿cuál es la historia de Boudica?

La batalla de los llanos del Bagradas



Roma y Cartago se enfrentaban por primera vez. Hasta aquel momento las dos ciudades habían firmado pactos amistosos, pero aquella situación había terminado. Había mucho en juego. Demasiado. Nada más y nada menos que la hegemonía del Mediterráno.

Pero lo que ninguna de las dos potencias podía imaginar es que aquel conflicto que comenzó en 264 a. C. tendría hasta tres episodios. Y menos aún que el enfrentamiento entre los dos colosos se prolongaría durante más de cien años.

Viriato, el héroe lusitano



Hispania era un territorio difícil. Roma había llegado a la península ibérica en el 218 a. C., pero tardó casi dos siglos en dominarla por completo. Celtíberos, cántabros, astures y lusitanos se enfrentaron con arrojo y tenacidad a la potencia que dominaba occidente.

Si hubo un líder hispano que destacó sobre el resto, ése fue Viriato. El lusitano puso en auténticos aprietos a los romanos. Con menos hombres pero usando el terreno a su favor infligió severas derrotas a ejércitos que le superaban en número. Pero, ¿quién era Viriato? ¿Por qué se produjeron las Guerras Lusitanas?

Reseña de Rebeldes, de Pedro Santamaría



Ha ganado el Premio Hislibris al mejor autor español. Y no me extraña. Pedro Santamaría, con su novela Rebeldes, empieza a hacerse un nombre entre los mejores escritores españoles de novela histórica. Éste es su cuarto libro, va de romanos y engancha desde la primera página.

La novela nos sitúa en la Hispania del siglo I a. C. La República romana vive tiempos convulsos. La guerra civil entre Mario y Sila se ha saldado con victoria del segundo, que ha instaurado una dictadura. El dictador dirige la República con mano férrea y sin gran oposición en la península itálica. Pero un defensor de la legítima República se rebela desde el exilio. Su nombre es Quinto Sertorio.

Trajano y la conquista de Dacia



A partir de la etapa imperial que comenzó con Octavio Augusto las conquistas romanas no fueron habituales. Si un legado romano conseguía victorias y prestigio podía suponer una amenaza para el emperador. Para evitar problemas lo aconsejable era que el protagonismo de la conquista se lo llevara el César.

Por eso el emperador de turno parecía estar obligado a participar de las campañas militares más relevantes. Ahí tenemos el ejemplo de Claudio, que se ganó el sobrenombre de 'Británico' por sus victorias en Britania. Pero sobre todo destaca el caso del emperador Trajano.

Marco Ulpio Trajano fue el último gran conquistador del Imperio Romano. A comienzos del siglo II dirigió la conquista de Dacia -actual Rumanía- y al volver a Roma obtuvo el título de 'Dácico'. Pero, ¿por qué decidió Trajano conquistar Dacia? ¿Cómo consiguieron las legiones romanas someter a los ejércitos de Decébalo?

Reseña de El Águila del Imperio, de Simon Scarrow



Todo empezó con esta novela. El Águila del Imperio es la primera entrega de la famosa serie sobre Roma de Simon Scarrow. El escritor inglés arrancó las aventuras de los legionarios Cato y Macro en el año 2000. Y no le pudo ir mejor. Scarrow se hizo un nombre, continuó relatando las peripecias de estos dos legionarios y hoy los datos hablan por sí solos: la serie lleva la friolera de trece novelas publicadas. Casi nada.

¿Cuál es el secreto del éxito? Seguramente conseguir que las novelas sean entretenidas. El Águila del Imperio tiene defectos, pero cuenta con la virtud de ser fácil de leer. Tiene un buen principio y un final mejor. Su prosa es sencilla, amena y sin florituras. El nudo, es cierto, pierde intensidad. Pero el final vuelve a atraparnos y la historia se cierra de manera satisfactoria.

La revuelta de Espartaco



¿Quién era Espartaco? Lo conocemos por la película 'Espartaco' de Stanley Kubrick e incluso por la reciente serie Spartacus. Simboliza la libertad, la lucha del oprimido frente al opresor. Pero en este artículo vamos a centrarnos en la historia. En lo que se cree que fue y en lo que hizo.

Mitos aparte, sorprende lo que consiguió este gladiador tracio. Reunió un enorme ejército de esclavos y puso contra las cuerdas a los romanos en la península itálica. Tuvo bajo sus órdenes a más de 100.000 hombres, mujeres y niños, y derrotó en nueve ocasiones a los romanos. ¿Cómo lo hizo?

Tito y el asedio de Jerusalén




En el año 70 d. C. las legiones romanas tomaron Jerusalén. Tito, quien sería emperador años después, dirigió la campaña con éxito, y la ciudad terminó cayendo tras casi cinco meses de asedio. Aun así la toma de Jerusalén fue complicada, pues la ciudad judía contaba con tres murallas fortificadas.

Pero, ¿por qué estalló la revuelta de Judea? ¿Cómo consiguieron los romanos tomar Jerusalén? ¿Qué tipo de ingenios utilizaron para conseguirlo?

Cannas, los motivos de la derrota



En agosto del año 216 a. C. el general cartaginés Aníbal Barca consiguió una histórica victoria contra Roma en Cannas. Fue un triunfo total y de aniquilación que supuso uno de los mayores desastres militares de la historia de Roma.

Lo sorprendente no es solo el número de bajas romanas tras la batalla. También es llamativo saber que Aníbal consiguió esta victoria perfecta casi con la mitad de efectivos que su enemigo y, además, en campo abierto. ¿Cómo fue posible?

La derrota de Aníbal en Zama



Aunque Aníbal Barca ha pasado a la historia como uno de los mejores generales de todos los tiempos, la verdad es que el cartaginés fue derrotado. Perdió, eso sí, después de haber conseguido algunas de las victorias más espectaculares de la historia.

Su derrota llegó en la llanura de Zama cuando se enfrentó a Publio Cornelio Escipión. Pero, ¿cómo se desarrolló la batalla de Zama? ¿Cuáles fueron las claves de este célebre enfrentamiento entre Aníbal y Escipión? ¿Por qué perdió el cartaginés?

Como siempre, en primer lugar conviene contextualizar para entender lo que sucedió. Por eso vamos a viajar unos siglos en el tiempo. Unos cuantos, en realidad.

Cuando Julio César venció a Pompeyo



A mediados del siglo I a. C. la República agonizaba. Tras la primera guerra civil que desembocó en la dictadura de Sila, los optimates -conservadores- controlaban el Senado de Roma. Pero durante las décadas posteriores a esta guerra no habían sido capaces de resolver los problemas económicos y sociales de la República.

Las desigualdades crecían. La aristocracia optimate había llevado a cabo una política latifundista que había provocado que muchos campesinos se arruinaran. Y tras las reformas de Cayo Mario cualquier ciudadano romano de clase baja podía ser reclutado. Las tropas, pues, ya no serían fieles a la República sino a su general, que era quien les pagaba. Sila ya lo había demostrado cruzando el Rubicón y marchando contra Roma.

Cuando murió el dictador, tres hombres consiguieron destacar en la política romana: Cneo Pompeyo, Marco Licinio Craso y Julio César. Los tres formaron el primer triunvirato de la historia de la Ciudad Eterna. Pero esta forma de gobierno era en realidad una lucha descarnada por alcanzar el poder absoluto. Solo podía quedar uno. Y los tres lo sabían.

Quinto Sertorio y su guerra contra Sila



Quinto Sertorio fue un gran general. No solo fue capaz de derrotar en Hispania a Metelo y al mismísimo Pompeyo Magno, sino que representó la principal resistencia a la dictadura de Sila desde el exilio. Lo hizo con pocos hombres, y logró victorias llenas de astucia y liderazgo. Aun así, su fama actual no es equiparable a la de otros generales que guerrearon en Hispania.

Y eso que Plutarco lo llega a comparar con personajes tan relevantes como Filipo de Macedonia o el gran Aníbal Barca. Curiosamente, los tres generales compartían la característica de ser tuertos. El historiador griego dice que Sertorio 'fue más casto con las mujeres que Filipo, más moderado respecto a los enemigos que Aníbal, no inferior a ninguno de éstos en inteligencia pero a todos en fortuna'.

¿Cuáles fueron entonces las hazañas de Quinto Sertorio? ¿Cómo consiguió este general vencer a Pompeyo el grande? ¿Era Sertorio un héroe, o más bien un traidor a Roma?

Reseña de Ágora




En el año 2009 se estrenaba la película Ágora escrita y dirigida por Alejandro Amenábar. Aunque la cinta se llevó siete premios Goya, no fue plato de buen gusto para todo el mundo. 'No cumple las expectativas', se dijo. E incluso alguno la tachó de grandilocuente. Pero a mí me parece que supuso un soplo de aire fresco que buena falta nos hacía.

Y es que Ágora es una película diferente. Estábamos acostumbrados al típico peplum de los cristianos buenos y los romanos malos. Películas como Quo Vadis o Ben-Hur resultaban demasiado maniqueístas a pesar de estar enmarcadas en una época complicada para el cristianismo. Y año tras año, todavía, tenemos ocasión de verlas en Semana Santa. Por eso se agradece que Amenábar nos ofreciera, por fin, una visión distinta.

La legión romana profesional de Cayo Mario




La legión romana no siempre fue profesional. Victorias en episodios tan célebres como la Segunda Guerra Púnica o el asedio de Numancia se consiguieron con ejércitos de ciudadanos que se costeaban sus equipos. Pero a finales del siglo II a. C. el cónsul Cayo Mario llevó a cabo una serie de reformas militares que terminaron siendo decisivas en la historia de Roma.

A partir de entonces se creó una nueva profesión: el legionario. Pero, ¿por qué fueron tan importantes las reformas de Mario? ¿Qué fue lo que obligó a Roma a tomar esta decisión? ¿Cuáles fueron los cambios militares que impulsó el cónsul?

Reseña de La Legión Perdida de Santiago Posteguillo



Se acabó lo que se daba. La Legión Perdida pone fin a la trilogía sobre el emperador Trajano del escritor Santiago Posteguillo. El autor valenciano, empeñado en recordar a personajes olvidados, decidió hace unos años que dedicaría tres novelas al primer emperador hispano de la historia de la Antigua Roma. Y visto el éxito obtenido y la calidad de los tres tomos, solo se puede concluir que Posteguillo lo ha hecho bien.

Si Los asesinos del Emperador narraba el ascenso de Trajano al poder, y Circo Máximo contaba la conquista de la Dacia, La legión perdida se centra en las campañas que emprendió Trajano en Partia. Pero el emperador hispano debía hacer frente a un enemigo temible. Mucho peor, incluso, que el propio ejército parto.

La defensa numantina



Llamamos 'numantina' a una defensa que es férrea e inexpugnable. Pero, ¿qué es exactamente lo que sucedió en la antigua población de Numancia? ¿Cómo consiguió este pueblo resistir durante veinte años a los romanos?

Cuando se habla de defensa numantina, enseguida nos imaginamos a un pueblo agazapado y lanzando piedras tras sus murallas. Pero la verdad es que estos celtíberos también derrotaron a los romanos fuera de ellas. E incluso consiguieron humillarlos.

Reseña de Gladiator



La película Gladiator está entre esas que a todos nos vienen a la cabeza cuando se habla de cine de romanos. Tras la época dorada que vivió el peplum en los años 50 y 60, este particular género parecía haber caído en el olvido.

Pero en el año 2000 se estrenó Gladiator bajo la dirección de Ridley Scott. Y la cinta tuvo un éxito arrollador. No solo ganó 5 Oscars, sino que además logró un importante impulso para películas de corte épico como, por ejemplo, El Señor de los Anillos.

¿Es Gladiator tan buena como se dice? Pues sí como espectáculo, pero no como película histórica. Vamos a analizarla.

La primera victoria pírrica



Se llama victoria pírrica a la que se consigue con muchas bajas en el bando vencedor. Pero, ¿qué historia hay detrás de esta expresión? ¿De dónde viene la palabra 'pírrica'?

La expresión está relacionada con la Antigua Roma. Pirro fue un general y rey del Epiro -Grecia- que logró poner contra las cuerdas a los romanos derrotándolos en más de una ocasión. La historia no le ha otorgado tanta relevancia como a otros personajes, pero lo cierto es que Pirro demostró ser un gran general. ¿Qué fue lo que hizo?

¿Nerón quemó Roma?



Siempre se ha creído que el emperador Nerón quemó Roma a propósito. Pero la verdad es que hay motivos para, al menos, poner en tela de juicio esta teoría.

En realidad Nerón ni si quiera se encontraba en Roma cuando tuvo lugar el famoso incendio en el año 64 d. C. El emperador estaba en Anzio, una localidad ubicada en la costa de la región del Lazio, a unos 53 km al sur de Roma. ¿Por qué se dice entonces que Nerón incendió Roma?

Reseña de Resucitado



Propaganda entretenida. Y con final aburrido. Éste es el resumen más escueto y certero que puedo hacer de Resucitado. Ya me lo temí cuando vi el tráiler de la película de Kevin Reynolds. Y lamentablemente, mis sospechas han acabado confirmándose.

Es cierto que, por supuesto, tenía ganas de ver esta cinta, pues el tráiler mostraba legionarios romanos, gladios y unos cuantos mamporros. O sea, contenía todo eso que tanto nos gusta a los amantes de este género. Pero también tenía miedo de que la película se terminara convirtiendo en un nuevo producto de propaganda cristiana. Y aunque es una pena, es lo que ha terminado pasando.

¿Por qué se dice craso error?



Se dice 'craso error' cuando cuando alguien ha metido la pata hasta el fondo. Como se sabe, la expresión alude a un gran error o a una tremenda equivocación. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué la decimos? ¿De dónde viene la palabra craso?

La expresión 'craso error' procede de la Antigua Roma. A mediados del siglo I a. C., Marco Licinio Craso era uno de los tres hombres más poderosos de Roma. Pompeyo, Julio César y el propio Craso formaban el primer triunvirato que se había convertido en una lucha descarnada por alcanzar el poder absoluto. Pero la estrategia de Craso para conseguir imponerse a sus dos competidores terminó en un gran error. ¿Cuál fue?