La primera victoria pírrica



Se llama victoria pírrica a la que se consigue con muchas bajas en el bando vencedor. Pero, ¿qué historia hay detrás de esta expresión? ¿De dónde viene la palabra 'pírrica'?

La expresión está relacionada con la Antigua Roma. Pirro fue un general y rey del Epiro -Grecia- que logró poner contra las cuerdas a los romanos derrotándolos en más de una ocasión. La historia no le ha otorgado tanta relevancia como a otros personajes, pero lo cierto es que Pirro demostró ser un gran general. ¿Qué fue lo que hizo?


Pirro, un rey con la sangre de Alejandro


Tenemos que remontarnos hasta principios del siglo III a. C. Alejandro Magno había muerto en el 323 sin que se designara un sucesor y sus generales lucharon entre ellos durante décadas. Epiro era uno de los reinos helenísticos que se disputaban el poder tras la muerte de Alejandro y Pirro llegó al trono a la edad de doce años -aunque enseguida fue derrocado-.

Aunque suena a la típica leyenda de los antiguos, se dice que nuestro protagonista era descendiente de Aquiles. Leyendas aparte, lo que sí se sabe es que Pirro era hijo del hermano de Olimpia, la madre de Alejandro Magno. De modo que este personaje era pariente del gran Alejandro.

Alejandro Magno.


Tarento pide ayuda


A principios del siglo III a. C. Roma no era ni la sombra de lo que llegó a ser posteriormente. La ciudad del Tíber todavía no había logrado dominar toda la península itálica, y tenía conflictos con samnitas, lucanos, brutios o apulios. Resistían aún las ciudades de la magna Grecia, ocupadas por colonos griegos en el sur de la bota italiana.

Tarento era una de estas colonias. Aunque la habían fundado los espartanos, los tarentinos se dedicaban al comercio y no tenían mentalidad militar. Por eso, cuando en el 282 a. C. se produjo el conflicto entre Roma y Tarento, los tarentinos decidieron pedir ayuda a Pirro.

Éstos prometieron al general que le conseguirían tropas, por lo que solo necesitaban al general. Pero Pirro, cauteloso, reclutó su propio ejército y cruzó el mar jónico en el 280 a. C.

Pirro del Epiro.


La batalla de Heraclea


El primer enfrentamiento entre Roma y Pirro se produjo cerca de la ciudad de Heraclea. El ejército de Pirro era de unos 25.000 soldados de infantería, 3.000 de caballería y 20 elefantes; por su parte, el cónsul Valerio Levino llevaba más de 30.000 hombres a sus órdenes.

La batalla estuvo igualada. Pirro cargó en primer lugar con su caballería, pero los jinetes enemigos aguantaron la embestida. Entonces fue el turno de la falange de sarisas, pero la legión romana también mantuvo el tipo y ninguno de los dos ejércitos parecía imponerse sobre el otro.

Los elefantes de Pirro


A Pirro no le quedó más remedio que recurrir a sus elefantes, lo que terminó decantando la balanza a su favor. Las bestias cargaron contra la caballería romana, que huyó aterrorizada. Hay que tener en cuenta que era la primera vez que los romanos veían elefantes.

Desbaratada la caballería romana, Pirro pudo usar a sus jinetes para atacar a la infantería romana por un flanco. Y entonces sí, los romanos se retiraron y Pirro ganó la batalla.

Pero fue una victoria pírrica en el sentido más estricto de la palabra. Aunque los romanos habían sufrido 7.000 bajas, Pirro había perdido 4.000 hombres. Y además los romanos tenían mayor facilidad para reclutar soldados -pues eran ciudadanos-, mientras que el ejército de Pirro lo formaban mercenarios profesionales difíciles de reemplazar.


Pirro asedió la ciudad de Erice (Sicilia).


La batalla de Ásculo


La segunda batalla tuvo lugar en Ásculo en 279 a. C. El cónsul romano esta vez era Publio Decio Mus -el mandato solía durar un año-y ambos ejércitos contaban con unos 40.000 soldados. Tras la batalla de Heraclea, los romanos crearon armas para atacar a los elefantes, como carros tirados por bueyes y equipados con largas picas o calderos de cerámica ardiendo para arrojarlos contra los paquidermos.

Pese a todo, los elefantes de Pirro volvieron a ser decisivos. En la segunda jornada de combate la falange macedónica y la legión romana volvieron a librar una lucha igualada hasta que los paquidermos entraron en acción. Entonces las filas romanas se rompieron y la victoria volvió a ser para Pirro.

Pero volvía a tratarse de una victoria pírrica. Mientras que los romanos habían sufrido 6.000 bajas, Pirro había perdido 3.500 hombres. El rey del Epiro sabía que los romanos contaban con más recursos humanos fáciles de reclutar, mientras que su ejército de mercenarios curtidos y experimentados era difícilmente sustituible. Por eso dijo la célebre frase que mejor resume la expresión 'victoria pírrica':


“Otra victoria como ésta y estaré vencido”
Pirro del Epiro

La derrota de Pirro


La derrota de Pirro en la península itálica llegó en el 275 a. C. Tras guerrear un tiempo en Sicilia contra los cartagineses, los aliados itálicos de Pirro volvieron a pedirle ayuda. El rey tenía unos 20.000 soldados de infantería, tres mil jinetes y veinte elefantes, pero la calidad de estas tropas era inferior a la de las que habían derrotado a los romanos en dos ocasiones.

El ejército consular de Curio Dentato acampó cerca de la ciudad de Malventum, a la que los romanos llamaron Beneventum tras esta batalla. Para conseguir que su ejército se ubicara en un lugar ventajoso, Pirro ordenó a sus tropas una marcha nocturna. Pero no fue una buena idea porque sus hombres se perdieron.

Legionarios romanos del siglo III a. C. (J. Redondo)


Al amanecer, los romanos vieron a las tropas dispersas de Pirro y aprovecharon para atacar. Y la derrota del rey del Epiro fue total.

Pirro murió de manera un tanto estúpida en el 272 a. C. en la ciudad griega de Argos. Allí combatía contra su rival en el trono macedonio Antígono II Gonatas. El rey del Epiro se hallaba en la retaguardia de sus tropas cuando la madre de un soldado argivo le arrojó una teja que le golpeó en la nuca. Y tras caer aturdido de su caballo, Pirro fue decapitado.

Éste fue el triste final de un general que, si bien no es tan célebre como otros como Escipión o Aníbal, nos ha legado una expresión, 'victoria pírrica', que todavía hoy seguimos usando.

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