Trajano y la conquista de Dacia



A partir de la etapa imperial que comenzó con Octavio Augusto las conquistas romanas no fueron habituales. Si un legado romano conseguía victorias y prestigio podía suponer una amenaza para el emperador. Para evitar problemas lo aconsejable era que el protagonismo de la conquista se lo llevara el César.

Por eso el emperador de turno parecía estar obligado a participar de las campañas militares más relevantes. Ahí tenemos el ejemplo de Claudio, que se ganó el sobrenombre de 'Británico' por sus victorias en Britania. Pero sobre todo destaca el caso del emperador Trajano.

Marco Ulpio Trajano fue el último gran conquistador del Imperio Romano. A comienzos del siglo II dirigió la conquista de Dacia -actual Rumanía- y al volver a Roma obtuvo el título de 'Dácico'. Pero, ¿por qué decidió Trajano conquistar Dacia? ¿Cómo consiguieron las legiones romanas someter a los ejércitos de Decébalo?

Los motivos de las guerras dacias


El emperador hispano tenía varios motivos para iniciar una campaña contra Dacia:

  • El emperador Domiciano había terminado la guerra contra los dacios de manera desfavorable para Roma. Tras las hostilidades se firmaron unas condiciones de paz que indicaban que las águilas habían perdido esa guerra. Según lo acordado, Roma debería pagar una indemnización anual a Decébalo y le proporcionaría ingenieros y artillería para reforzar las fortificaciones de su reino. En el 101 Trajano comenzó esta guerra, entre otros motivos, para lograr unas condiciones de paz favorables a los intereses de Roma.

  • Trajano también tenía motivos personales para iniciar la campaña contra Dacia. El emperador no era originario de la península italiana, sino que había nacido en Itálica (Hispania). Esto suponía una novedad para el Imperio Romano. Hombres de provincias comenzaban a ocupar las élites del poder, pero Trajano necesitaba reforzar su posición. Las victorias militares en Dacia le harían ganar prestigio.

Batalla de Adamclisi (Radu Oltean).

  • Tampoco faltaban motivos militares. El ejército dacio había comenzado a suponer una amenaza para Roma. En el año 86 los dacios habían derrotado un ejército romano, y cada vez contaban con un ejército más cohesionado y entrenado. Dacia llevaba más de un siglo sin un rey fuerte, pero la situación había cambiado al hacerse Decébalo con el poder. Este rey formó un buen ejército y sometió a pueblos vecinos como los sármatas y los bastarnos. Derrotando al ejército de Decébalo, Trajano podría emprender las campañas partas con relativa tranquilidad.

  • También existían motivos económicos, pues Dacia era un territorio con riqueza mineral.

Trajano y Decébalo, dos estrategias diferentes


Ambos bandos disponían de ejércitos fuertes. Roma tenía 150.000 soldados acantonados en Vinimacium, mientras que el ejército dacio, en total, lo formaban unos 60.000 hombres. Los primeros estaban en clara superioridad, pero los segundos luchaban en casa.

Con este potente ejército, Trajano pretendía terminar la guerra cuanto antes. Para conseguirlo, su estrategia fue en dividir el ejército en dos columnas para despistar al enemigo. Las dos partes del ejército avanzaron separadas y consiguieron unirse sin mayores problemas.

Las legiones de Trajano combatiendo en Dacia (G. Rava).

¿Qué hacía mientras tanto el ejército de Decébalo? Su estrategia era diferente a la de los romanos. Los terrenos que atravesaban Trajano y sus hombres eran llanos. Y en campo abierto los romanos tendrían ventaja. Por eso Decébalo permitió a los romanos avanzar con comodidad hasta el valle de Tapae-Bucova. Allí los dacios ya habían derrotado a los romanos tiempo atrás, por lo que podrían volver a hacerlo. Al menos eso pensaban.

La batalla de Tapae


Decébalo quería sorprender a Trajano. Emboscó a sus jinetes en los bosques situados a ambos lados de la llanura en la que tendría lugar la batalla. Su idea era resistir el avance de las legiones en el centro y sorprender con su caballería por los flancos a los romanos. Era una buena estrategia, pero no le salió.

Los exploradores de Trajano hicieron bien su trabajo. Avisaron al emperador de la estrategia del enemigo y los romanos se adelantaron a Decébalo. Trajano dividió su ejército en tres partes: una se quedaría en el centro para enfrentarse al centro del ejército dacio, mientras que las otras dos -jinetes e infantería- se adentrarían en los bosques para atacar a los jinetes emboscados.

¿El resultado? Victoria romana. Pero los dacios seguían teniendo una importante fuerza militar. La guerra continuaba.

Roma gana la primera guerra


Trajano y sus hombres avanzaron tras terminar la batalla, pero llegó el invierno y el emperador decidió acuartelarse. A Decébalo la estrategia le había salido mal y los romanos cada vez estaban más cerca de la capital. No podía dejar que avanzaran con la facilidad con la que lo habían hecho hasta ahora. Tenía que actuar. Por eso atacó al ejército de Trajano por dos frentes, pero volvió a fracasar. Además, muchos jinetes e infantes del ejército dacio murieron ahogados al cruzar el Danubio, pues el río estaba congelado y se rompió cuando avanzaban las tropas.

Escultura de Marco Ulpio Trajano.

Roma volvió al ataque en el año 102 y consiguió su objetivo antes de lo esperado. El emperador Trajano volvió a dividir su ejército en dos para ir conquistando terreno hasta arrinconar a Decébalo en los Cárpatos. Pero el golpe definitivo llegó cuando Trajano conquistó el anillo defensivo de la capital Sarmizegetusa. Decébalo vio que no contaba con fuerzas para oponerse a los romanos y negoció la paz con el emperador de Roma.

Las condiciones firmadas, esta vez sí, fueron favorables para las águilas. Y el impuesto que pagaba Roma a Decébalo fue eliminado. Trajano había conseguido su objetivo, y en el 103 recibió el título de 'Dácico'. Pero las guerras dacias todavía se volverían a reanudar.

La segunda guerra dacia


La paz entre Roma y Dacia apenas duró tres años. Entre los años 103 y 105 los romanos construyeron un impresionante puente sobre el Danubio. Su objetivo era mejorar las comunicaciones y el transporte de suministros, pero los dacios no veían con buenos ojos la presencia romana en sus tierras.

La mecha de la guerra volvió a encenderse a finales del año 104. Decébalo capturó al gobernador Gneo Pompeyo Longino, quien era amigo de Trajano. La intención del rey de Dacia era chantajear a Trajano con el rescate, pero no le salió bien la jugada. Longino, valiente, decidió no poner en un compromiso a su emperador y se suicidó. Por supuesto, Trajano no se quedó de brazos cruzados, sino que volvió a dirigir la campaña de Dacia en el año 105. Y esta vez no se detuvo hasta acabar con Decébalo.

Asalto a la fortificación de Ponorici que rodeaba Sarmizegetusa (Radu Oltean).

Una vez en tierras enemigas los romanos avanzaron con rapidez. Como había hecho años atrás, Trajano dividió su ejército, pero esta vez en cuatro partes. La estrategia romana volvió a funcionar, pues los cuatro contingentes se unieron en la capital. El mismo Trajano fue quien dirigió el asedio. Viendo cómo avanzaban las cosas, los dacios quisieron negociar. Pero Trajano ya había aprendido la lección y se negó.

Los dacios se vieron obligados a racionar. Habían perdido el suministro de agua y sus graneros se habían incendiado. Esto provocó que la defensa se debilitara y los romanos consiguieron abrir una brecha. Por fin, las legiones de Trajano entraron en Sarmizegetusa y arrasaron, saquearon e incendiaron la ciudad. No hubo clemencia.

La muerte de Decébalo


Pero Trajano todavía no daba la guerra por terminada, pues Decébalo había escapado. El rey dacio se dirigió primero al norte y después al sur. Los romanos fueron tras él y encontraron su tesoro, estimado en 165 toneladas de oro y 330 toneladas de plata.

Sin sus riquezas y derrotado, a Decébalo solo le quedaba huir el tiempo que pudiera. Pero al final, para evitar ser paseado por las calles de Roma, el rey dacio se suicidó cortándose la garganta con su sica. Como prueba, un suboficial romano cortó la cabeza y un brazo al cadáver y se lo llevó a Trajano. En agosto del año 106, por fin, las guerras dacias terminaron. El emperador hispano culminó su conquista y Dacia fue provincia romana hasta el 272.

2 comentarios :

  1. Buen aporte, los dacios se arrojaban voluntariamente a fosos con lanzascon fines de realizar augurios??? gracias.

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  2. Hola Elcelso, muchas gracias por tu comentario.

    En cuanto a tu pregunta, es algo parecido a lo que dices. Según el historiador griego heródoto los geto-dacios hacían cada cinco años un sorteo para enviar a un mensajero a su dios Zalmoxis. Unos se ponían en fila con lanzas mientras otros agarraban al mensajero de las manos y los pies y lo tiraban sobre las picas. Si el mensajero moría, significaba que el dios estaba de su parte. Pero si no, enviaban a otro mensajero.

    Gracias y saludos ;-)

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