Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano



Cuatro emperadores romanos en un año: Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano. Sucedió el 69 d. C. tras la muerte del emperador Nerón. Después del turbulento siglo I a. C. que enterró la República, Octavio Augusto había inaugurado el Imperio dotándolo de estabilidad. El princeps había gobernado durante cuatro décadas, y después le habían sucedido Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón.

Pero los catorce años de gobierno de Nerón pusieron fin a la dinastía Julio-Claudia. Y por primera vez en la historia del Imperio, un gobernador provincial se rebelaba abiertamente contra el princeps. El nombre del rebelde era Cayo Julio Vindex, quien había pedido ayuda a Servio Sulpicio Galba, gobernador de la Hispania Citerior. En aquel momento nadie podía imaginar que aquella rebelión llevaría al Imperio Romano a tener hasta cuatro emperadores en un año.


Los últimos años de Nerón


Pero para entender la rebelión hay que retroceder unos pocos años. Porque las cosas no suelen suceder porque sí. Los últimos años del gobierno de Nerón fueron negativos, y la situación económica del Imperio era complicada. Por eso el princeps ordenó una persecución contra los senadores ricos y les confiscó sus patrimonios.

Entonces comenzaron las conspiraciones para derrocar a Nerón. La más famosa fue la de Cayo Calpurnio Pisón, un senador romano, que se alió con Subrio Flavio, un tribuno pretoriano, y Sulpicio Ásper, un centurión. Cuenta Tácito que los conspiradores querían 'liberar al Estado' del gobierno tiránico de Nerón y restaurar la República. Pero no lo consiguieron. Los descubrieron, la conspiración fracasó y sus integrantes fueron ejecutados.

Nerón (Jan Styka).

No fue la última conjura. En el año 66 Lucio Annio Viniciano lideró una nueva conspiración. Participaron en ella gobernadores provinciales y altos cargos militares. El plan consistía en atentar contra Nerón en Benevento, al inicio del viaje que el emperador haría a Grecia. Pero la conjura volvió a ser descubierta y los implicados recibieron la orden de suicidarse.

La situación política de Nerón, pues, no era la mejor. Como demostraron las conspiraciones, el princeps había perdido el apoyo de la aristocracia y de los altos cargos del ejército. Pero además iba a perder también el favor del pueblo. Mientras Nerón actuaba como citarista en Grecia, el pueblo de Roma sufría el retraso del reparto de trigo. La economía era delicada y el pueblo pasaba hambre. Y la aristocracia y el ejército eran víctimas de las confiscaciones del princeps.

El año 68, Elio, el liberto de Nerón, acudió a Grecia para avisar al princeps: Cayo Julio Vindex se había rebelado contra el emperador. La situación era grave para Nerón. Aunque él no lo sabía -pero quizá lo intuía-, sus días habían comenzado su cuenta atrás.

De Nerón a Galba


Cayo Julio Vindex era el gobernador de la Galia Lugdunense. Reclamaba la 'restauración de Roma' y la recuperación de la romanidad. No contaba con mucha fuerza militar, pero pidió el apoyo de Servio Sulpicio Galba, el gobernador de la Hispania Citerior. A cambio, Vindex apoyaría a Galba si éste aceptaba ser aclamado emperador.

Galba era un hombre rico y que acreditaba una trayectoria política. Según Suetonio, era cruel y avariento a pesar de sus riquezas. Tenía más de setenta años cuando aceptó la propuesta de Vindex y traicionó al emperador. Dice Plutarco que el motivo de su traición es que interceptó una carta en la que se ordenaba su asesinato. Sea como fuere, Galba se autoproclamó legado, unió a las legiones VI Victrix, la VII Galbiana y tropas auxiliares, y logró el apoyo de Otón -quien también iba a ser emperador poco después-, el legado de la Lusitania.

Busto de Servio Sulpicio Galba.

¿Qué hizo Nerón para defenderse? El princeps no tenía formación militar y lo demostró con sus siguientes acciones. Y es que Nerón no defendió el trono con uñas y dientes, sino que nombró a Galba enemigo público y mandó contra él tres legiones.

Vindex lideraba a más de cien mil rebeldes en la Galia, pero Lucio Verginio Rufo, Gobernador de la Germania Superior, también contaba con un buen número de tropas. Era importante saber qué decisión tomaba, o sea, si apoyaba o traicionaba al emperador.  Y para desgracia de Vindex, Lucio Verginio Rufo se mostró leal al emperador y le atacó. Al final Vindex, derrotado, se suicidó, y las legiones aclamaron emperador a Verginio Rufo. Pero él se negaba a aceptar el título.

Había ganado Verginio Rufo, por lo que la posición del emperador, en teoría, salía reforzada. Y digo 'en teoría' porque, como decía, Nerón no era un militar. El princeps tenía la ocasión de contraatacar, de aplastar a sus enemigos. Pero no lo hizo y lo pagó caro. Porque quienes no habían tomado partido terminaron apoyando a Galba.


"Ninfidio Sabino, prefecto del pretorio, prometió que si aclamaban emperador a Galba, éste pagaría 30.000 sestercios a cada pretoriano y 6.000 a cada legionario".


Ninfidio Sabino, prefecto del pretorio, engañó a la guardia pretoriana. Les dijo que el emperador había huido a Egipto, pero en realidad él mismo le había recomendado que abandonara la Domus Aurea y se refugiara en los horti Serviliani. Además dijo que si aclamaban emperador a Galba, éste pagaría 30.000 sestercios a cada pretoriano y 6.000 a cada legionario.

Así que Nerón se quedó sin apoyos -sin los pocos que le quedaban-. Para refugiarse, el princeps fue a caballo a la villa de Faón, a unas cuatro millas de Roma. Llegaba el final de Nerón. Si los soldados de Galba lo encontraban lo torturarían. Por eso el emperador decidió suicidarse. El 9 de junio del 68 Nerón pronunció la famosa frase '¡Qué gran artista muere conmigo!' y se clavó una daga en el cuello. Terminaba con él la dinastía Julio-Claudia.


De Galba a Otón


Galba llegó a Roma tres meses después y fue nombrado nuevo emperador. Pero en vez de llevar la paz a la ciudad eterna, con Galba estalló una sangrienta guerra civil en Roma. Fueron asesinados los partidarios de Nerón. Y además, como la situación del tesoro público era complicada, Galba no solo no cumplió la promesa de pagas que había hecho Ninfidio Sabino, sino que además intentó que se le devolviera el dinero que había dado Nerón. Su fama de avaro, pues, está justificada.

De modo que Galba no había comenzado precisamente con buen pie. El pueblo y la guardia pretoriana tardaron muy poco en dejar de apoyarle, y las legiones de Germania aclamaron como nuevo emperador a Aulo Vitelio. Este general se encontraba al mando de las tropas de la Germania Inferior.

Primera batalla de Bedriacum (Sean O´Brogain).

Cuando Galba se enteró de la rebelión de Vitelio decidió que debía nombrar un sucesor. Pero aunque el principal candidato parecía ser Otón, Galba se decantó por Lucio Calpurnio Pisón Liciniano. Otón no aceptó la decisión de Galba y buscó apoyos. Asesinó al emperador y a sus partidarios, y el senado lo aclamó emperador el 15 de enero del año 69.


De Otón a Vitelio


La amenaza de Vitelio continuaba en Germania, por lo que Otón marchó hacia el norte con unos 25.000 hombres para evitar que sus enemigos unieran fuerzas. Otón contaba con un mayor número de efectivos, pero sus tropas tenían menos disciplina que las de sus enemigos.

Aun así el primer enfrentamiento entre otonianos y vitelianos se saldó con victoria de los primeros. Fue en Liguria y en las costas de la Galia Narbonense. Pero Otón se precipitó y no aprovechó la victoria. Cuando se produjo la batalla decisiva de Bedriacum él estaba en Brixellum. En Bedriacum parte de las tropas de Otón abandonaron el campo de batalla, lo que supuso un golpe para la moral de sus hombres. Cuando Otón se enteró de la derrota, solo tres meses después de ser aclamado emperador y a la edad de treinta y siete años, se suicidó.


De Vitelio a Vespasiano


Vitelio se ganó la reputación de bebedor y licencioso. Tras contemplar el campo de batalla de Bedriacum marchó hacia Roma con 70.000 hombres. Tanto Vitelio como sus tropas dejaron de lado la disciplina para entregarse al placer de los banquetes y las fiestas. De modo que si las arcas públicas estaban en crisis, esto no contribuyó precisamente a mejorarlas.

El Senado quería 'cargarse' a Vitelio, pero no tenía manera de hacerlo. Hasta que la corrupción del emperador provocó la rebelión de las tropas de oriente. El gobernador de Siria, Cayo Licinio Muciano, apoyaría a Vespasiano como emperador. Éste se encontraba en Judea poniendo fin a la revuelta judía. Entre Vespasiano y Muciano contaban con una gran fuerza compuesta por nueve legiones, caballería, auxiliares y fuerzas navales. Y por si todo esto fuera poco, Tiberio Julio Alejandro, el prefecto del pretorio de Egipto, también apoyó a Vespasiano.

Segunda batalla de Bedriacum (Sean O´Brogain).

Además, las fuerzas del Danubio que habían apoyado a Otón se mostraron ahora favorables a Vespasiano y marcharon hacia Roma bajo el mando de Antonio Primo. Cuando Vitelio se enteró salió a su encuentro. Se produjo entonces la segunda batalla de Bedriacum, que se saldó con victoria del bando de Vespasiano.

Tras esta victoria, Antonio Primo continuó su avance hacia Roma. Mientras lo hacía, el hermano de Vespasiano intentó conseguir la abdicación pacífica de Vitelio. Pero el emperador se resistía. Al final, Antonio Primo llegó a Roma y mandó asesinar y arrojar al Tíber a Vitelio. Vespasiano fue proclamado emperador en diciembre del 69.

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