Tito y el asedio de Jerusalén




En el año 70 d. C. las legiones romanas tomaron Jerusalén. Tito, quien sería emperador años después, dirigió la campaña con éxito, y la ciudad terminó cayendo tras casi cinco meses de asedio. Aun así la toma de Jerusalén fue complicada, pues la ciudad judía contaba con tres murallas fortificadas.

Pero, ¿por qué estalló la revuelta de Judea? ¿Cómo consiguieron los romanos tomar Jerusalén? ¿Qué tipo de ingenios utilizaron para conseguirlo?

Cannas, los motivos de la derrota



En agosto del año 216 a. C. el general cartaginés Aníbal Barca consiguió una histórica victoria contra Roma en Cannas. Fue un triunfo total y de aniquilación que supuso uno de los mayores desastres militares de la historia de Roma.

Lo sorprendente no es solo el número de bajas romanas tras la batalla. También es llamativo saber que Aníbal consiguió esta victoria perfecta casi con la mitad de efectivos que su enemigo y, además, en campo abierto. ¿Cómo fue posible?

La derrota de Aníbal en Zama



Aunque Aníbal Barca ha pasado a la historia como uno de los mejores generales de todos los tiempos, la verdad es que el cartaginés fue derrotado. Perdió, eso sí, después de haber conseguido algunas de las victorias más espectaculares de la historia.

Su derrota llegó en la llanura de Zama cuando se enfrentó a Publio Cornelio Escipión. Pero, ¿cómo se desarrolló la batalla de Zama? ¿Cuáles fueron las claves de este célebre enfrentamiento entre Aníbal y Escipión? ¿Por qué perdió el cartaginés?

Como siempre, en primer lugar conviene contextualizar para entender lo que sucedió. Por eso vamos a viajar unos siglos en el tiempo. Unos cuantos, en realidad.

Cuando Julio César venció a Pompeyo



A mediados del siglo I a. C. la República agonizaba. Tras la primera guerra civil que desembocó en la dictadura de Sila, los optimates -conservadores- controlaban el Senado de Roma. Pero durante las décadas posteriores a esta guerra no habían sido capaces de resolver los problemas económicos y sociales de la República.

Las desigualdades crecían. La aristocracia optimate había llevado a cabo una política latifundista que había provocado que muchos campesinos se arruinaran. Y tras las reformas de Cayo Mario cualquier ciudadano romano de clase baja podía ser reclutado. Las tropas, pues, ya no serían fieles a la República sino a su general, que era quien les pagaba. Sila ya lo había demostrado cruzando el Rubicón y marchando contra Roma.

Cuando murió el dictador, tres hombres consiguieron destacar en la política romana: Cneo Pompeyo, Marco Licinio Craso y Julio César. Los tres formaron el primer triunvirato de la historia de la Ciudad Eterna. Pero esta forma de gobierno era en realidad una lucha descarnada por alcanzar el poder absoluto. Solo podía quedar uno. Y los tres lo sabían.